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Miguel Ángel Mesa Zapata nació en el municipio de Caldas, Antioquia y vive en el barrio la Inmaculada. Actualmente, cursa séptimo semestre de Fisioterapia en la Universidad CES y está cumpliendo las prácticas en la IPS CES Sabaneta. En los juegos universitarios en Barranquilla ganó dos medallas, una de oro en 800 metros y la otra de plata en 400.

La historia de cómo llegó Miguel al atletismo es particular, cuando tenía 9 años cursaba quinto grado en la Institución Educativa José María Bernal del municipio de Caldas y un entrenador de atletismo les hizo una invitación a los alumnos: “¿Quién quiere participar como atleta?”, preguntó. Muchos compañeros alzaron la mano incluido Miguel, desde ahí empezó a correr en carreras de calle y competió en otros municipios del oriente Antioqueño como la Unión, Marinilla y Rionegro.

“El atletismo para mí ha sido un cuento de amor y desamor, esto es odio y gusto, yo me salí en varias ocasiones, en la primera comencé a jugar fútbol, estuve con el equipo del profesor Luis Fernando Montoya y lo que es de uno es de uno y volví a la Liga de Atletismo con el profesor Libardo Hoyos, pero fue más un compromiso personal, siempre he sido muy competitivo, entonces dije voy a entrenar un año y dependiendo del resultado sigo o paro y hago otra cosa, y aquí voy”, expresó el medallista.

Miguel dice que el atletismo es de odios porque le tocó retirarse dos veces por lesión, por lo que comenzó a jugar fútbol en el equipo de Luis Fernando Montoya, pero el amor a correr fue mayor y por eso regresó con toda la actitud para recuperarse.

El atleta comenzó su carrera deportiva representando el municipio Caldas, después cuando tenía 16 años siguió en selección Antioquia, ha quedado campeón nacional sub 18 y sub 20 en 800 metros. También ganó oro y plata en sub 23 y estuvo en Perú en un Suramericano representando a Colombia. En el grado 11, Miguel se ganó la beca Supérate de Coldeportes, que consiste en premiar los mejores deportistas de intercolegiados, el premio eran 40 millones de pesos para estudiar un pregrado en cualquier universidad y escogió la Universidad CES. “Yo vi el deporte como una oportunidad, todo se dio, fue una carrera de 800 metros, gracias a esa beca estoy estudiando acá”, cuenta con orgullo.

Miguel Angel en el podio

Fotografía: Cortesía

El fisioterapeuta a la hora de entrenar organiza su horario con el de las prácticas: tres días en la mañana a las 7:00 a.m. entrena en la Liga de Atletismo trabajo de pista, hace sus prácticas profesionales en la tarde y a las 8:00 p.m. de la noche hace su doble entrenamiento. Los días restantes son pesas y resistencia por lo que lo hace en Caldas.

Estudiar Fisioterapia para él es como cumplir un sueño y dice: “siempre me ha gustado mucho y el deporte me dio la posibilidad de poder estudiar. Desde que llegué siempre he sentido ese apoyo desde la Facultad de Fisioterapia y Bienestar Institucional, entonces es muy reconfortante”.

Las anécdotas en competencia son interminables, las más recordadas de Miguel fue que en cada fase de la competencia para la beca Supérate de Coldeportes pasó algo extraño: en la fase departamental que se jugó en Don Matías a todo el equipo le dio daño de estómago, vomitaban y se sentían muy mal. Después en Armenia en otra fase no lo iban a dejar competir por una mala inscripción y falta de papeles, pero al final la suerte estuvo de su lado y pudo dar lo mejor de sí; y la mejor anécdota para él fue cuando en Bogotá a punto de competir se dio cuenta que el premio eran 40 millones de pesos para estudiar, por lo que en la partida de salida antes de competir le temblaban los pies cosa que jamás le había pasado.

Este año al campeón le quedan juegos nacionales a finales de noviembre, “Voy a correr dos pruebas 800 y 1500 le he trabajado mucho a los 800 y la meta es oro”, concluyó

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