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La deportista está en quinto semestre de Fisioterapia y su mayor sueño es ir a los Juegos Olímpicos representando un deportista de alto rendimiento. Su entrada a la Universidad CES fue gracias a una beca que se ganó en el grado once cuando participó en los juegos intercolegiados de su colegio Tercer Milenio del municipio de Caldas, Antioquia.

Desde hace ocho años es selección Antioquia, y este año por segunda vez está clasificada para participar en Juegos Nacionales de Coldeportes. La primera vez que participó en los Nacionales, Luisa

Luisa Fernanda en entrevista en EnlaCES Radio

Fotografía: Oficina de Comunicación Organizacional

tenía 16 años y en modalidad relevo se llevó una medalla de plata, logro muy importante ya que estaba compitiendo con los mejores nadadores y ella era la menor del equipo.

En la infancia, Luisa era una niña muy tímida por lo que sus padres tomaron la decisión de inscribirla a clases de natación para que fuera más extrovertida, desde ahí comenzó su gusto por el agua y hasta entonces no ha parado de nadar y competir.

Su anécdota más recordada y que ella llama “el viaje catastrófico” fue la vez que con solo 13 años viajo sola a Brasil a unos juegos deportivos, agregándole que por primera vez salía del país. A pocos minutos de abordar el avión, Luisa se dio cuenta que no tenía el permiso de la mamá para poder viajar, por lo que le tocó esperar todo un día en una sala del aeropuerto de Bogotá que le mandaran el permiso e irse en otro vuelo.

En medio del vuelo Bogotá-Brasil Luisa miró el reloj y se dio cuenta que estaba cumpliendo años “cuando me monto al avión miro que es primero de diciembre, mi cumpleaños, nadie sabe que es mi cumpleaños, estoy en un avión por primera vez, no sé abrocharme el cinturón, voy para otro lado, otro idioma, no sé cuánto dura el vuelo y tengo una pantalla al frente que no sé manejar”, cuenta Luisa entre risas.

Cuando llegó a Brasil la recogió un carro que la llevó a la delegación de natación, pero estaba asustada ya que no podía comunicarse con sus padres porque en ese tiempo no existía la red social WhatsApp ni la tecnología que ahora tenemos para comunicarnos. Cinco días después Luisa se pudo comunicar con su mamá por medio de un computador prestado y la red social Facebook. Luego de llegar del viaje, la deportista se dio cuenta que afrontar esta travesía sola le serviría para ser independiente y como dice ella “abrí las alas y empecé a volar”.

La vida de deportista de Luisa es bastante agitada, tiene que equilibrar su deporte y su carrera de Fisioterapeuta. Vive en el municipio de Caldas en el barrio La Docena, se levanta a las 3:00 a.m. para su entrenamiento que comienza a las 4:30 a.m. en las piscinas de la Universidad de Antioquia, la Unidad Deportiva Belén y la Cuarta brigada del Ejército. Después llega a clases a la Universidad CES a las 7:00 a.m. y en las horas de la tarde otra vez entrena, dos horas de piscina, nada 5 kilómetros y luego concluye con una hora de gimnasio. Llega a su casa agotada a las 8 p.m y dos horas precias para hacer sus trabajos académicos y descansar para al otro día hacer lo mismo.

Luisa tiene una manilla que le recuerda a su abuelo fallecido hace dos años y siempre la lleva a todos lados como amuleto para sus competencias. Antes de tirarse al agua a competir se echa la bendición y recuerda su lema “no hay rival más fuerte y más difícil que uno mismo”.

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